En 1960, el gobierno italiano le encargó a Salvador Dalí una serie de ilustraciones a partir de La Divina Comedia. El encargo hacía parte de los actos conmemorativos por los 700 de nacimiento del autor de la obra, Dante Alighieri que se realizarían en 1965. Dalí escogió entonces los temas que guiarían su trabajo: 33 ilustraciones para cada canto del poema (Infierno, Purgatorio, y Paraíso) y otra ilustración a modo de introducción. Pero la escogencia de Salvador Dalí para el proyecto causó una controversia que terminó por enterrar el proyecto. El que el artistas escogido no fuera italiano fue la causa del malestar que llevó a que el proyecto se cancelara.
Un obstáculo que no impidió que Dalí continuara con su trabajo. Consciente del peso de su nombre, el pinto no dudo en que en que encontraría quien financiara su trabajo. Así, trabajó durante cinco años en las ilustraciones y supervisando las planchas de xilografía que fueron talladas a mano.
La serie completa con las cien xilografías de Dalí se podrán ver en la sala de exposiciones Débora Arango del Centro Cultural Gabriel García Márquez a partir del 22 de mayo (hasta el 3 de julio). Existen pocas colecciones de la serie completa de obras de Dalí para este proyecto. La que se exhibirá en el CCGGM, cuenta con sus carpetas originales y con las pruebas de color de seis de las xilografías. Es una exposición que ya ha recorrido varios países.
La Divina Comedia ha sido fuente de inspiración para creadores a lo largo del tiempo. Botticelli, Gustave Doré, Miguel Ángel, y en los últimos años, Barceló, han abordad el texto de Alighieri. Dalí plasmó su universo personal en las obras en que se ven algunas de sus obsesiones y motivos recurrentes.
Fuente: Revista Arcadia
