DIEZ (10) cosas de TRANSMILENIO que le sacan la piedra a los bogotanos
En los últimos días se ha hecho viral en redes sociales un video llamado ‘¿Por qué no funciona TransMilenio?’ que muestra los graves problemas del mal servicio de los articulados y además plantea una práctica e interesante solución al mismo, inspirada en el trabajo de un profesor bogotano y sus alumnos.
El video ha sido exitoso porque logra reunir muchas de los inconformidades que tienen los capitalinos hacia el sistema. No obstante, hay otros factores que no toca el video y que hacen de TransMilenio un medio de transporte poco agradable.
Esos factores, indican encuestas de percepción y calidad de vida de programas como Bogotá Cómo Vamos o la Cámara de Comercio de Bogotá, en palabras castas, le sacan la piedra a los capitalinos.
PUBLIMETRO le preguntó a los usuarios del sistema qué es lo que los saca de quicio y aquí recogemos algunas de las situaciones más recurrentes.
- 1. Que no se respeten las filas
Algunos le llaman falta de cultura ciudadana, otros simple irrespeto. Lo cierto es que a muchos les molesta que no se respeten las filas para poder abordar los buses o comprar los pasajes. En algunos portales y estaciones sucede más que en otras pero es algo constante que se agrava por la ya acostumbrada acción de no dejar que se bajen primero, antes de empezar a subirse al bus.
- 2. Los colados
Si son ‘malos’ los que no respetan la fila, qué decir de los que se meten a las estaciones sin pagar, ‘pintándoles la cara’ a los que juiciosamente compran sus pasajes. Lo peor del caso es que a muchos se les ha vuelto costumbre hacerlo por las puertas de llegada de los buses, exponiendo no solo sus vidas, sino también la de los parroquianos que esperan por el articulado.
- 3. Claro: ¡Los ladrones!
Cifras de la Policía indican que, cada mes se capturan hasta 50 ladrones en TransMilenio: ¡50! La cifra es bárbara si se tiene en cuenta que hay bandas enteras dedicadas al hurto dentro del sistema que siguen campantes, como si nada. La modalidad preferida: el cosquilleo. Sin embargo, gracias las puertas dañadas de algunas estaciones que permanecen abiertas, se está ‘poniendo de moda’ el raponazo.
- 4. Los auxiliares
Esto, debe aclararse, no pasa en todos los casos. Pero se ha vuelto común ver en las estaciones a los auxiliares de la Policía pegados a sus celulares, jugando con sus compañeros y hasta coqueteando con sus amigas… Mejor dicho, haciendo de todo menos lo que deben hacer, que es ayudar a prevenir delitos y ayudar a los usuarios del sistema.
- 5. La montonera
TransMilenio no da abasto para los dos millones de usuarios que tiene al día, eso está claro. Pero si a eso se le suma que los mismos usuarios hacen el sistema más complejo, amontonándose contra las puertas, no dejando pasar o formando ríos de personas a las malas, todo se hace peor. Tanto en buses como en estaciones. Los empujones se han vuelto costumbre y hasta peligrosos. Ya se conoció el caso de la semana pasada en el que en una de esas montoneras un grupo de personas tumbó hacia la calle a una anciana y le causó graves heridas.
- 6. Las rutas
Es el tema central del video ¿Por qué no funciona TransMilenio?: El sistema y la frecuencia de las rutas parece rayar en lo absurdo. Las personas pueden pasar hasta 40 minutos esperando en una estación para poder abordar un bus, lo que en varias ocasiones ha provocado sendas protestas que han terminado hasta con daños a los mismos buses y estaciones.
- 7. Las protestas
Y hablando de protestas: sí, la ciudadanía está en todo su derecho de mostrar su inconformidad, pero es algo que se ha vuelto pan de cada día. Una manifestación allí, otra allá… Si le sumamos que el tiempo de respuesta de las autoridades ante estos sucesos es más lento que las mismas rutas, entendemos por qué se retrasa tanto la operación de los buses. Al final, los bloqueos perjudican muchísimas más personas de las que ayudan.
- 8. Sentados en el acordeón
Esto también podría tratarse de un problema de cultura ciudadana. Es cierto, los buses son incómodos y los bogotanos siempre van cansados de trabajar o estudiar, pero el piso no es para sentarse y menos en un punto tan álgido como el conector (acordeón) entre los vagones del articulado. Esto solo causa más congestión dentro del bus, más incomodidad y hasta accidentes.
- 9. ¡Los audífonos existen!
Una de las ventajas de TM frente a los buses normales es que las personas no tenían que aguantarse la música a todo volumen que el conductor de bus decidiera poner… Pues bueno, ese idilio se acabó con la llegada de los bafles portátiles con altavoces ruidosos y molestos. Parece que hay personas que no saben de la existencia de los audífonos.
- 10. Chicle, maní, caramelo…
Los vendedores ambulantes, cantantes itinerantes, cuenteros, predicadores y demás han migrado de los buses tradicionales a TransMilenio (en parte gracias a la implementación del SITP) y eso parece no tener reversa. Claro, la gente tiene derecho a rebuscarse su sustento, pero parece suficiente ir amontonados en un bus como para que se suba alguien a ofrecernos chocolates, incienso o a cantar a grito herido.
Fuente : Publimetro - Bogotá