Durante los últimos 320 años, este templo del suroriente de Bogotá ha sido visitado por miles de fieles, desde próceres hasta expresidentes de Colombia.
En una de sus habituales caminatas por los cerros orientales de Santafé de Bogotá, en búsqueda de los tesoros escondidos de los indígenas, un fuerte resplandor proveniente de una montaña vecina llamó la atención de Bernardino Rodríguez de León.
Tras varias horas de recorrido por un terreno de dificil acceso, este reconocido joyero de la colonia llegó hasta el lugar y encontró esculpida perfectamente sobre una roca la imagen de La Sagrada Familia (La Virgen María, El Niño Jesús, San José, y el Arcángel San Miguel).
El extraño descubrimiento, ocurrido el viernes 10 de agosto de 1685, fue calificado de milagro y llamó la atención de los jesuitas del Colegio Mayor de San Bartolomé, que no dudaron en construir allí una ermita en honor a la imagen.
Un venerado ícono religioso
Así nació, un año después, el templo de Nuestra Señora de la Peña, uno de los íconos religiosos más antiguos y venerados en la capital.
Y aunque no goza de la fama del Señor Caído de Monserrate y de la Virgen de Guadalupe, sus vecinos de montaña, durante los últimos 320 años la Virgen de la Peña ha sido visitada por miles de feligreses, algunos de ellos personalidades de la vida nacional como el libertador Simón Bolívar y los ex presidentes Belisario Betancur, Laureano Gómez y Eduardo Santos, entre otros.
Durante sus primeros 36 años, el templo estuvo ubicado en un pico del Cerro Aguanoso, contiguo al Cerro de Guadalupe, en un sitio conocido como el Alto de la Cruz.
Pero en 1722, y ante las repetidas borrascas que debilitaron e hicieron sucumbir la estructura en varias oportunidades, fue necesario trasladar la imagen -de más de 400 kilos de peso- a un lugar más bajo y construir un nuevo templo en la carrera 19 este No. 4-16.
Desde ese entonces, la iglesia está a cargo de los hermanos del Seminario Arquidiocesano Misionero Redemptios Mater, encargados de perpetuar la fe de la romería que cada domingo tiene una cita con La Sagrada Familia encontrada en el Alto de la Cruz.
Sin embargo, las ruinas de la construcción original aún se mantienen en pie, y es posible acceder a ellas en recorridos ecológicos guiados, en los que se recorren los pasos de Bernardino Rodríguez de León en 1685.
Juan Carlos Higuera, director de Caminantes y Armonía, una empresa dedicada a esta clase de recorridos por los cerros orientales, indica que "aunque para muchos fue un milagro, el cronista e historiador José Maria Cordovez Moure aseguró que un preso español mandó a esculpir la imagen para demostrar su devoción por la virgen".
Pero esta es tan solo una de las versiones que siguen alimentando la fe en este mito, de 320 años de existencia.
Una 'procesión' de más de cuatro horas
Existen dos formas para llegar hasta las ruinas de la iglesia original de Nuestra Señora de la Peña.
La ruta más corta, que aun es realizada por cientos de peregrinos, arranca desde la parroquia ubicada en la carrera 19 este No. 4-16. Esta caminata dura dos horas en promedio, pues el ascenso es un poco complicado debido a la inclinación de la montaña.
La más extensa, que hace parte de uno de los recorridos ecologicos de Caminantes y Armonía, y en el que la historia de la imagen es contada paso a paso, comienza en el cerro de Guadalupe.
De allí se pasa con facilidad al cerro Aguanoso. Posteriormente, y por espacio de una hora, comienza un complicado descenso hasta la base de la montaña del Alto de la Cruz. Finalmente, y tras un corto ascenso, aparecen las ruinas de la estructura original.
El recorrido total es cercano a las cuatro horas, y se recomienda llevar ropa cómoda y abrigo para evitar las fuertes corrientes de viento que golpean la montaña.
CARLOS ANDRÉS ESPEJO O.
REDACTOR DE EL TIEMPO
Vía: Archivos El Tiempo