ARTE AL PASO
Provenientes de la colección del
Museo de Arte de Lima, MALI, y bajo el título Arte al paso, cincuenta obras dan
cuenta de la producción plástica peruana desde la década de los años sesenta
hasta nuestros días. Obras signadas por lo ‘popular’, que al mismo tiempo dan
cuenta de la situación socio política y los cambios culturales que afrontó el
país durante estos años.
La exposición, curada por Rodrigo
Quijano, se presenta entre el 22 de marzo y el 24 de junio de 2013 en el
segundo piso del Museo de Arte del Banco de la República. La entrada es
gratuita.
NOTA: a la par, coincidiendo en
la fecha de apertura, el MALI exhibirá Oscar Muñoz. Protografías, una
retrospectiva producida por Banco de la República y curada por José Roca y
María Wills, que revisa la obra de uno de los nombres más representativos del arte
contemporáneo en Colombia.
‘Sólo lo popular es realmente
moderno hoy en el Perú”, esta consigan promulgada en 1980 por el colectivo
Estéticas de Propiedad Social – Huayco, a propósito de una exposición en la
Galería Fórum de Lima, se convirtió en un punto giro de la historia del arte
contemporáneo en el Perú. “Arte al paso”, nombre que EPS dio a la muestra — y
el mismo con que se denomina a esta exposición— presentó una serie de grabados
concebidos como afiches populares que con colores estridentes, torpeza técnica,
jerga y tono popular, propiciaron una reflexión profunda acerca de las
precariedades y desigualdades peruanas de toda índole.
Este tipo de obras para “ser
consumidas en la calle”, como los propios artistas afirmaron, al tiempo
denunciaron la ausencia de instituciones culturales en el país, otro de los
puntos de reflexión de esta exposición. Así se presentan perspectivas críticas
como las de los artistas Emilio Hernández Saavedra (Museo de Arte Borrado,
1970), Susana Torres (Museo Neo Inka, 1999 – 2011) y Sandra Gamarra (Tienda
Museo LiMAC, 2002), que haciendo uso del humor y la ironía aluden a las
relaciones entre el poder y la imagen, y sus repercusiones en la historia y la
vida cotidiana del país.
Esta selección de obras, además,
es testimonio de la complejidad y variedad cultural, de idiosincrasias y
proyectos políticos del Perú. Ese intento por configurar el “ser peruano”
propició un rico panorama visual, que al mismo tiempo, da cuenta de las
hibridaciones y mestizajes que se propiciaron a partir de los primeros
acercamientos de la escena local a las vanguardias internacionales, como el op
o el pop, la abstracción, el performance y el conceptualismo. En este sentido
la obra de Jesús Ruíz Durand (Afiches de difusión de la reforma Agraria, 1969 –
1972), creador del ‘pop achorado’, resulta notoria; en ella “lo nacional” se
presenta desde una puesta en escena pop, que a diferencia de del discurso
cosmopolita que tenía la vanguardia en los Estados Unidos, ofrece una mirada
crítica, politizada y popular al contexto local.
“El surgimiento de una visión
contemporánea de las artes visuales en Perú se produjo muchas veces como
expresión, reflexión y comentario de periodos específicos de quiebre cultural y
cambios signados política y socialmente. Parte importante de esos momentos
estuvo marcada por los procesos de urbanización de la sociedad peruana, la
emergencia de una nueva cultura masificada en las ciudades y los aspectos
transformativos de las modernizaciones de la segunda mitad del siglo XX” comenta
el curador.
Así Arte al paso se articula
alrededor de seis ejes temáticos: Aluvión en el mundo urbano, Precariedades y
desapariciones institucionales, Lo popular emergente, Una mirada distinta del
pasado prehispánico, Lo nuevo fotográfico y Violencia y memoria. Exhibe en
total 50 obras, entre las que se encuentran pinturas, grabados, fotografías,
videos e instalaciones, de artistas peruanos y artistas extranjeros que desde
otras perspectivas examinan la realidad del país.
En Bogotá Arte al paso dialoga
con Urbes mutantes: fotografía latinoamericana 1941-2012, la otra exposición que
se exhibe en el
Museo de Arte del Banco de la República. La muestra enfatiza,
desde miradas diversas y alternativas, la capacidad de modificación
arquitectónica, cultural y social que vivieron varias ciudades latinoamericanas
en la segunda mitad del siglo XX.